En días lluviosos, el corazon se me encoge
detrás de los cristales el día veo nublarse
poco a poco, las gotas resbalan lentamente
por mi ventana, el helor se adueña
lentamente de mi cuerpo.
La piel se me heriza poco a poco
y el frio va penetrando en mi;
y la soledad se adueña de mi ser
y esa lluvia que no cesa de caer.
Angela Ucher Soto
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